Sí, la “Agricultura Regenerativa” tiene sentido. Pero, ¿es rentable? ¿Cómo se compara con la agricultura convencional?
La respuesta no es tan sencilla como se podría pensar porque es importante entender que cada campo, granja o finca es única. El contexto varía mucho, por lo que la respuesta es “depende”.
¿Cuáles son los costos adicionales asociados con la agricultura regenerativa en comparación con la agricultura convencional?
• Costo de semillas y siembra de “cultivos de servicio”
• Compra o alquiler de nuevo equipo mecanizado
• Costo neto de agregar nuevos cultivos a la rotación anual de cultivos
• Riesgo de nuevos métodos de trabajo que no siempre son asegurables
• Riesgo de disminución de rendimientos y ganancias en los primeros años
• Costos de encontrar nuevos mercados
• Costos sociales y comerciales de “hacer algo diferente”
¿Cuál es el potencial de ganancias netas a largo plazo de los métodos de agricultura regenerativa?
• Menor uso de combustible debido a menos pasadas sobre el campo
• Menores insumos después de varias temporadas (fertilizantes, herbicidas, pesticidas)
• Aumento de la materia orgánica en el suelo, aproximadamente el 50% de la cual es carbono extraído de la atmósfera
• Aumento en la disponibilidad biológica de nutrientes
• Aumento en la capacidad de infiltración y retención de agua
• Disminución de la erosión del suelo por agua y viento
• Potencial aumento en el precio premium del rendimiento de los cultivos
• Ventas de créditos de carbono y/o otros servicios ambientales
• Disminución en los costos de insumos
• Aumento en el valor del activo (suelo más fértil)
Entonces, la respuesta es “depende”. Una cosa está clara: la gestión y el cultivo adecuados del suelo tienen impactos económicos positivos a largo plazo y significativos en la rentabilidad de las granjas y fincas. Sin embargo, el camino para lograrlo puede ser desafiante. El período de transición puede implicar prueba y error con riesgos e incertidumbres, que deben ser mitigados y gestionados por todos los medios disponibles para asegurar la resiliencia y la supervivencia en el camino hacia la estabilidad económica.